Esta instalación explora la materialización de diseños creados para su degradación, para permitir la
vida y para perecer. Para ello se busca el equilibrio entre lo tecnológico y lo natural, trabajando con
materiales perecederos y compostables , generando piezas impresas en 3D con filamento
compostable, que sirven como sustrato para pequeños brotes; o vectores cortados a láser en
láminas
bioplásticas de agar agar.
La estética en la forma de las piezas se ha desarrollado a través del postprocesado digital de
interpretaciones personales a estímulos visuales abstractos , como manchas sobre papel;
poniendo en relación esta metodología con las formas propias del diseño generativo
digital,
y contraponiendo las elecciones algorítmicas a las propias del cerebro humano.
Estos diseños exploran el desarrollo de nuevas formas de creación consecuentes al panorama
biopolítico actual y trata de generar nuevos imaginarios de futuro en torno a la
implementación de materiales orgánicos en un contexto de hiperconsumo y producción. Un diseño hacia la
naturaleza, donde existe la vulnerabilidad , la lentitud en los tiempos de producción y se
da
lugar a procesos naturales como la oxidación, la deshidratación, la fotosíntesis y el
crecimiento. Objetos encontrados o materiales fungibles y reconformables, como la parafina, serán
también
parte de las alternativas materiales en el desarrollo de esta instalación.
Pese a su degradación en el tiempo de la exposición, las piezas permanecen en el archivo
digital inmutable, escaneadas, filmadas, fotografías, renderizadas o como captura de pantalla;
y
se exhiben también en formato audiovisual.